lunes, 13 de marzo de 2017

ENSUEÑOS (1)

ENSUEÑOS (1)

Cerré los párpados y apareció el rojo,
Igual a esa ceguera, si pretendemos ver el sol con ellos cerrados,
 Luego de ahí empecé a ver estallidos con muchas luces,
Voy entrando al sitio de los violeta dispersados como una gran bomba,
Donde ese color sobresale del resto,
Después de ahí dos puntos luminosos con destellos dorados
Y un rostro encendido.

A veces aparecen otras imágenes que jamás había visto,
 Algunas me ven con infinito desprecio
Y otras con un gran amor.

Así me voy lentamente hacia el lugar del no sé dónde,
Pero un ruido me despierta y aparezco aquí,
Entre un mundo de gentes que tienen el corazón inflamado
Y la mirada extraña.

¿Será que se la fumaron verde?
Eso creía, pero en medio de todos ellos también estaba,
Y me parecía tanto a todos,
Que sentí mucho miedo...

Pequeños sueños, viajes cortos,
Y creo que a esto se le llama "ensoñación".
"Quiero ensoñar contigo"...

Todo poeta y todo loco viven ensoñando siempre,
De ahí la diferencia entre el ser y el estar.

De ahí que el vuelo de la paloma
Es diferente al vuelo del águila
Aunque parezcan iguales.

La carne de la paloma pesa demasiado para sus plumas,
En cambio las plumas inmensas del águila
La llevan a las alturas con sólo abrir los ojos.

Raquel Rueda Bohórquez
2017



domingo, 12 de febrero de 2017

¿A QUIÉN?/A Mario Lago (2)

¿A QUIÉN?/A Mario Lago (2)

No conozco de laureles
Porque ellos van aprisa por las calles
Con su machete al cinto
Rogando a un árbol un fruto,
Y al día una ilusión.

¿A quién recuerdan tus versos?
Al campesino errante
Que han obligado a dejar sus tierras
Porque son prósperas para sembrar todo,
Menos alimento.

Eres el poeta que le canta al dolor,
A ese que se amontona en la esquina del terror
Y se come de a trocitos las paredes
Esperando el estómago se calme
Del hambre que se volvió poema.

Llego a tu ventana abierta,
Tus versos son la espina en el rostro de un Jesús
Que continúa andando caminos empedrados
Para que sus heridas se curtan y formen callo
Que será el viaje hacia el rincón de la luz que jamás se apaga,
Porque permanece encendida en el bosque
Y prendida en los arrozales.

Ahora llegan bandadas de pájaros pequeños
Y la espiga rebosa en lirismo;
El valle es verde intenso, las calles se fueron,
Los dolores acabaron en un abrazo
En medio de un cántaro de lluvia que baja aprisa
Desde la cumbre de la montaña.

Raquel Rueda Bohórquez

12 02 17



LA POESÍA/A Mario Lago (3)

LA POESÍA/A Mario Lago (3)

La poesía mueve al mundo,
Más que las armas en manos de los cobardes.

Es el bien que se hace letra
Aunque le disparen en la frente
Besos traidores con sonido de balas.

La poesía es el gorjeo de los pájaros,
El lloro de la cigarra invisible
Quien a pesar de todo, deja una casa de cristal,
Para que el viento arrume en un dulce lugar.

Mueven los versos de plata de la luna
Que se enternecen de amor sobre los árboles ausentes,
Y en ésta congoja, se quiebra bailando un son
En la onda más temblorosa de un lago.

Ella es el acervo de una gacela asustada
Queriendo dejar en el bosque
Sus patitas pintadas, sus ojos saltando cavernas,
Y su linfa, cual rosas perfumadas
Tocando el ansia de su depredador,
Para volar entre sus garras.

La poesía es mi Dandy sucio de siempre
A quien el olor hace correr,
Pues somos más pobres que él,
Al no tocar su frente afiebrada
Ni sus manos tostadas.

¡Poesía, poesía!
Eres la dulce melodía
Que hoy me trova sus auroras
Y por mis párpados hace danzar
Una pálida lágrima que rima con el mar.

Raquel Rueda Bohórquez
11 02 17



SUEÑO 110217 (4)


SUEÑO 110217 (4)

El tiempo se va, y en ese lapso y el minuto que falta,  no caben odios ni rencores.

Todos hablaban, se hacían planes y reían de cuentos viejos, repetidos una y mil veces, con la gracia del tiempo y el donaire que se pierde en medio de esfumadas olas y vaivenes de hojas de eucalipto.

Mi escoba no podía barrer el mundo, las antigüedades se agolpaban y las quería todas, deseaba guardar las historias viejas, y en este asunto me las arrumaron y empecé a escribir hasta mis sueños.

Ignacio me regaló su plancha vieja, tenía forma de mujer doblada y el manubrio era demasiado alto para mi pequeñez, pero aun así, acepté su regalo; lo antiguo me llama, todos ríen de los cuentos viejos, y otra vez se renuevan con cada sorbo de café, al rato se pintan de carmín la boca, cual putas varadas en la esquina esperando a Don José.

¡Nada que pude sacar el sucio!, entre más limpiaba esa casa enorme, más suciedad aparecía; mi espejo no pudo reflejar mi sombra porque la luz de un cirio no asoma en la pared, ¡qué raro!, imagino tener luz propia, ¿acaso no es así?, si tienen luz las hojas secas y vencidas ¿qué razón me hace creer que no tengo mi propio resplandor?, y lo recordé: “Debes brillar con el resplandor de otros”, esas palabras se colaron en un sueño viejo y continué: ¿hacia dónde voy?, ahora estoy trepando a un gran camión, y el mismo hermano me envía una escalera de caucho que me bamboneaba de aquí para allá; el estómago dolía, las piernas, ¡todo!, mis brazos se encogían, pero nada que podía alcanzar la cima.

No fue falta de ánimo porque me enviaba una y otra vez una escalera diferente, luego fueron dos hilos fuertes a los que no me pude aferrar, pero no perdía la fe de llegar arriba de ese enorme camión; ahí estaba esperando mi lugar, luego la ayuda llegó y no me di cuenta de dónde, la manera más fácil fue hallada y trepé; parecía una gacela asustada, pero en medio de mi corazón que parecía una cítara, mi rostro asomó al fin y el camión inició su carrera por esos caminos empedrados y esas carreteras de un ayer que se esfumó temprano.

Camino a no sé dónde, el sueño se cortó y me vi en medio de muchos árboles y montañas, pero no subía a ningún lugar, estaba ahí con mi hermana mayor Miriam quien me aferraba de su mano, ambas estábamos en la hora del otoño, teníamos la cabellera blanca, y recordé las palabras de mi madre muy frescas, ese día que pasó su mano sobre nuestros cabellos con una mirada de infinitud y amor: “Ahora la vieja soy yo”, dijo acariciando el rostro de mi hermana y  luego me vio, me sentí entre la roca y el espino y un dolor agudo agitó mi estómago, ¡lo sabía!, estábamos listas para el filo de la muerte, ¡qué bendecidas hemos sido!, nos volvimos como nuestra madre y ella nos sintió parte suya, éramos parte de su telenovela que jamás se divulgaría: ¡Sus hijas, sus flores amadas!

A lo lejos, pero viéndolo cerca, un hermoso y joven corcel nos vio, parecía adivinar los pensamientos, inició a pastar y luego levantaba la cabeza, sus ancas relucían, parecía un espejo negro en donde bailaba el sol sus mejores sones, sus ojos negros tenían todo el brillo de las estrellas muertas en el más oscuro silencio.

Después de su elegante andar, de un momento a otro inició a correr; sus patas levantaban todas las polvaredas, y en esto lo vimos arriba de la cuesta como un Rey.

Relinchó viéndonos a los ojos, lo entendí: ¡Aquí estoy!, soy el potro salvaje que buscan, siempre me hallarán arriba de la montaña más alta. Parecía tener alas, parecía tener toda la energía que nos abandonaba y empezamos a correr hacia Él quien paciente nos esperaba; parecía sonreír, y cada vez relinchaba más fuerte y daba saltos de niño feliz buscando el pecho de la madre.

Despertar con la melodía de los perros en la puerta arañando y la gata llorando unas perlas negras, me recordó que la cinta de mi película se acorta, y ese viejo dolor en el estómago me mantiene inquieta, ¡no son parásitos!, ¿será el colon?, algún día tan cercano que casi puedo besarlo, me enteraré que estuve de paso por aquí, y que no solo conté lo que pensaba, mis sueños están en donde el potro salvaje me espere y tampoco me los llevé.

Raquel Rueda Bohórquez
12 02 17



sábado, 11 de febrero de 2017

BÚSQUEDA (5)

BÚSQUEDA (5)


 Buscando
el amor

Hallé tu imagen de colores

Abriendo sus alas

Al canto de la brisa.



Buscando el amor

Me sentí perdida;

Más fue en el instante

En que estaba dormida.



Buscando el amor

Seguí escuchando

El lloro de una paloma.



Más el amor se doblaba

Entre perlas blancas

Y flores morenas.



Raquel Rueda Bohórquez

11 02 17















AL BARDO INVISIBLE (6)

Video: Marianela Godoy

AL BARDO INVISIBLE (6)


Cada aurora es un recordarte,
Cada pájaro cantando,
Cada flor que abre a la primavera.


Soy el bardo en la esquina,
El que se esconde con la rima
Porque no empareja
Con los intereses ajenos.

No le acobarda el rayo ni el trueno
Si suenan lejos de aquí,
Pero sí, le arrincona la indiferencia
Que no me hace saber de ti.

Ernesto es la música del ahora,
Pero tú, eres la poesía del siempre;
La que llena mi corazón de sones
Que parecen tambores al viento.

Soy del poeta sus tristes ojos
Que se aparean con el trigo
Y lloran de tanto en tanto,
Cual si exprimieran de las uvas el vino.

Tiembla todo si acaso a leer le invitan
Y oculta sus temores al mundo
En esos pañales gigantes
Que con la edad nos vuelve niños.

Es la caña fuerte
Si el sol le pega inclemente,
Y con sus papeles se arruma,
¡Llevando bien alta la frente!...

Raquel Rueda Bohórquez
11 01 17


PALABRITAS 110217 (7)

La imagen puede contener: comida


PALABRITAS 110217 (7)

1
El día que dejemos de soñar,
Será porque ya somos parte de la madre otra vez
Y un árbol nos bendecirá
 Con su dulce sombra

2
Sí, por eso es tan bella la vida,
Nos mantiene tibios y con ganas de responder
Lo que jamás podremos.

3
Es verdad,
De jóvenes siempre nos inquietamos por esto,
De adultos la preocupación insiste,
Y de viejos escribimos poemas
O contemplamos más el paisaje.

4
El néctar de las remembranzas
Se abraza a la melancolía
Para jamás dejarlos ir.

Ahí estarán hasta nuestro propio viaje.

5
El bien se puede escribir también.
Qué nos rime la vida
Con ésta sonora brisa fría de hoy,
¡Más bella no se puede!...

6
¡No apoyo la iniciativa!
Mejor espero a que venga mi hermano querido
A invitarme a tomar masato con almojábanas
En la tienda Zapatoca.

7
No quiero apoyar iniciativas de nada,
La verdad estoy cansada de tantos proyectos y puras embarradas.

¿Qué pasa que no castigan a quienes asesinan a un árbol?
Menos lo harán con una niña abusada
Porque ellos comen de la misma crema.

Escucho ahora esto, ¡qué belleza!...
¿Para qué hablamos de los demás
Si tenemos la cola prendida?
8
¡Pobres niñas!, al menos muestran el rostro,
No como aquí que violan y asesinan
Y se queda en el más completo silencio.

No hay justificación a la violencia,
Y para señalar hay tres dedos
Que nos apuntan al corazón.

¡Ojo con los niños! ¡A tenerlos cerca!
"El diablo es puerco y no es musulmán."

9
Lo que no divulgaron las brisas de ahora,
Me lo gritó tu silencio.

También sucede que te pienso.
¿Seguimos jugando a poemarnos?

10
El mundo es la imagen perfecta
Para quien se acostumbra a patear a otros.

No es bueno ser el balón
Ni estar en medio del juego,

Pues en algún momento
El balón reventará
Y aprenderemos la lección.

11
Cada día es una oportunidad para crecer,
Pero siento que estoy creciendo hacia la tierra.

Es lo bello de existir,
Porque ahí volveremos a nacer.

12
Todo fue un sueño
Porque el eco dejó de responder...

Ha de ser que derribaron la montaña
Que me traía la voz del águila.

13
En un suspiro
Nuestra historia puede cambiar.
¡Así que hagámonos pasito!...

14
"Si deseas conocer de tu grandeza,
Baja el rostro y sigue el camino de las hormigas"...
(En un sueño fueron escuchadas)

15
Jamás terminaré de contar estrellas
Si no cuento con tus ojos en ellas.

16
No se va quien siempre ha estado,
Se va quien no conoce nuestra historia
Y puede pasar la hoja,

¡Hasta logra leer el final de un libro
Sin haber iniciado su lectura!

17
Precioso, siempre lo he creído así;
Igual la lluvia que viene y va,
Y en su recorrido un beso nos da.

18
Esperemos a ver qué sucede,
No adelantemos demasiado la mula
Porque se puede desbarrancar.

19
Más allá del más allá,
Seguro que se halla la felicidad
Esperándonos con un ramo flores.

20
Sé que has cerrado tu puerta y tu ventana para mí,
Pero jamás podrás cerrar mi corazón
Que permanece de par en par.

21
¡Hay una "legionella" de ladrones en Barranquilla pero cosa seria!

22
Eres el arco iris para mi paisaje de hoy.

23
Olvidaba decir que ayer escuché un bombazo horrible,
No me dejaron salir que porque no era nada,
Pero nada estaba cerca de mí.

 ¿Y esa vaina?,
¡Cuánta fragilidad es la vida!
Somos una gota de lluvia temblando en una hoja.
 
24
Ojo mundo,
El hambre del mañana está asegurada
Si no guardamos semillas originales.

Este demonio se crece
Y la gente no quiere comprender el mensaje...


Raquel Rueda Bohórquez

11 02 17